Viaje con mi novio a Dubái

Soy una joven de 26 años, rubia con carita de ángel y cuerpo muy agraciado, me sientan muy bien las minifaldas, todos los chicos y alguna chica se vuelven a mirarme y me gusta que lo hagan.

Esta historia sucedió el invierno pasado, me cogí una semana de vacaciones en Dubái, con mi novio que es unos años mayor que yo y también muy morboso en el sexo.

Yo estaba deseando bajar del avión y llegar a nuestro lujoso hotel, habíamos pasado el viaje acariciándonos y estábamos muy excitados. Por fin estábamos en la habitación solos, después de múltiples besos y caricias, desabroche su pantalón y le saque la verga, era muy grande y la tenía bien dura, un lujo para una boquita golosa como la mía, además la chupo como una auténtica profesional, después de un rato me puso la carita blanca con sus cinco descargas. Me lo llevé a la cama y me quité la faldita y la blusa, me quedé con un mini tanga y con los pechos al aire, ahora quería que me montara y me hiciera gozar de lo lindo, en pocos minutos esa verga estaba tiesa otra vez y se subió encima de mí, yo estaba más que preparada, y muy mojadita, así que no pude contenerme mucho, me embestía con fuerza, tuve mi primer orgasmo, soy multiorgásmica y puedo correrme muchas veces, me cambio de postura y me puso a cuatro patas, que también me encanta, mi novio es muy fuerte y musculoso y me estuvo dando bien fuerte, durante 40 minutos, tuve tres orgasmos más, me hizo gritar de placer, y él se corrió esta vez en mis tetitas que me las dejo bien regadas, él estaba agotado , como sabía que soy una ninfómana insaciable, después de intentarlo sin éxito me propuso un juego para que al final recibiera lo que quería, me pidió que me vistiera muy sexy, siempre llevo medias y ligueros y vestidos muy ajustados, bajaría al bar del hotel a reclutar tres hombres para una partida de póker en nuestra habitación, el fingiría perder y quedarse sin dinero y yo me ofrecería como apuesta, que evidentemente perderíamos y me tendría que entregar para que esos tres se desahogaran conmigo y yo con ellos que era lo que quería.

Al rato apareció mi novio con tres hombres de unos cuarenta y tantos, la verdad bien parecidos, eran árabes con el pelo negro y un aspecto muy varonil, me iba a encantar dejarme trabajar por esos 3 machotes, la partida empezó, yo me paseaba para que me viera bien y se muriera de ganas de quitarme la ropa, me acercaba a la espalda de mi novio y le daba masaje mientras miraba con picardía a los tres jugadores. Estaba llegando el momento, ya no tenía con que apostar, así que le dije al oído que les propusiera que yo cubriría tu apuesta entregándome a ellos sin condiciones.

Mi novio los miró y se lo propuso, esos tíos estaban disfrutando solo con pensarlo, pero antes de aceptar pidieron ver algo más de mis encantos, ahora sí que estaba yo en mi salsa, me levanté el vestido, les enseñé mis bragas y mis medias y me metí un dedito en la boca. Lo deslicé dentro de mis bragas, estuve un ratito masturbándome delante de ellos, había sido más que suficiente para que aceptaran la apuesta, así que la partida siguió, se pusieron las cartas sobre la mesa y mi novio había perdido. Los tres hombres se levantaron de la mesa y me llevaron a la cama para cobrar su apuesta.

Tenían ganas así que no se anduvieron por las ramas me tumbaron en la cama con la ropa, uno hundió su lengua en mi culito y mi chocho, que casi me desmayo de gusto y los otros mi pusieron las pollas para que se las mamara, así estuvimos un rato hasta que tuve un orgasmo monumental, y me dijeron que ahora a cuatro patas, que embestidas, como me agarraban las caderas, clavándome hasta dentro. Mi novio estaba mirando y claro, le estaba encantando les animaba a los chicos para que me dieran más fuerte y les decía que me reventaran el chocho de gusto que era una ninfómana insaciable. La verdad me corrí una docena de veces y disfrute de lo lindo, sobre todo cuando los tres y mi novio también me dieron una buena ducha de esperma calentito.

Os seguiré contando mis historias en este blog.