Morbo en la Universidad

Eran las tres de la mañana y Eva seguía en la cama con aquel enorme hombre que llevaba más de cinco horas follándosela, ella sabía que había tomado alguna pastilla y algo más para resistir tanto, lo normal era media hora de caricias, una pequeña ,mamada para empalmarle, un poquito de mete saca y mamada final, pero esta mole era distinta, hablaba muy poco y tenía el cuerpo sin depilar, decía que era agente de seguros y estaba de viaje, pero Eva sabía que era mentira, porque ya le había visto en otra casa donde trabajaba como scort.

Cuando finalmente se agotó el tiempo y Eva se despidió con un -hasta pronto cariño- y se fue directo a la ducha, debía descansar un poco y madrugar si no quería llegar tarde a sus clases en la universidad.

Llevaba dos años pagándose los estudios y el apartamento trabajando como señorita de compañía para clientes vip. Lo que empezó como una forma rápida de ganar dinero empezó a convertirse en una actividad que le gustaba cada vez más y con la que disfrutaba la mayoría de las veces bastante, aunque lo de verdad le encantaba es ir a clase rodeada de jovencitos estudiantes que la miraban con deseo pero que no estaban a su altura.

Eva tenía alrededor de 30 años, era castaña con un cuerpo firme y dos pechos monumentales sin llegar a ser escandalosos. Sus piernas, siempre le decían, era la parte más bonita de todo y su enorme boca siempre con los labios pintados que parecía el portal del cielo.

Algunos días iba a la universidad sin bragas, le encantaba abrirse de piernas súbitamente para observar la reacción de los profesores, que la mayoría de las veces se hacían los tontos y miraban para otro lado, aunque siempre volvían a mirar por si la cosa seguía allí…

Por la tarde después de comer y echarse un ratito comenzaba su jornada profesional, primero miraba sus mensajes y comprobaba si había algún cliente que solicitaba sus servicios y si los había seleccionaba a los conocidos o aquellos que despertaban su curiosidad…y eso le proporcionó el más intenso episodio sexual de su vida.

Un cliente de las afueras solicitaba los servicios de una señorita de compañía para acompañarle en una cena y pasar toda la noche con ella, afirmaba que era imprescindible nivel de conversación y cultural alto.

A Eva le pareció un reto, además le venía bien económicamente ya que ese mes se había pasado con sus gastos, así que apretó el botón de aceptar enviando un mensaje al cliente que le envió un taxi a la dirección que ella le compartió.

Escogió un vestido negro cortito, pero sin exageración, escotado, collar de perlas naturales, pelo recogido, medias negras y zapato negro de tacón.

Preparó su bolso, como siempre con preservativos, gel, cremas, un par de vibradores y unos tangas de repuesto, porque nunca se sabe solía pensar.

El taxi llegó puntual a la cita ella se sentó y se concentró en lo que iba a ser una jornada más de ” trabajo”

El taxi paró delante de la puerta de uno de los mejores restaurantes de la ciudad, cuando bajó del taxi tuvo que recogerse un poco el vestido, lo que dejó entrever su tanga rojo, algo que no pasó inadvertido al aparcacoches especialista en descuidos de ese tipo, algo que le daría para dos o tres pajas esa misma noche al acabar su turno.

Su cliente le había dado como señal que llevaría un jersey de color azul y pantalón blanco…

Eva entró en el restaurante y comentó – me esperan- echó un vistazo a los clientes que estaban allí en ese momento y observó con horror que el de la mesa del fondo vestido con jersey azul ¡era su profesor de sociología! Trató de darse media vuelta, pero ya era demasiado tarde. El maître le dijo: – señorita le esperan en esa mesa, permítame le acompañe ¿desea tomar algo de beber?

-Un Dry Martini por favor, lo voy a necesitar- cómo no bienvenida.

Estaba sorprendida y cabreada, pero pensó al fin de cuentas es dinero y yo soy profesional…

-Hola ¿Eva?

– Hola, no me tomes el pelo, sabes cómo me llamo, pero este nombre es el que usaremos hoy

-Vale, no te enfades deberías estar halagada

– ¿Yo, por qué?

-Llevo meses buscándote en las redes, no hay muchas alumnas que me enseñen el chochito en clase como lo haces tú…

– Pero…sí pensaba que no te dabas cuenta o te avergonzaba..

-No creas, pero no soy gilipollas, además me gusta más tocar o penetrar a mirar, y esta noche vas a comprobarlo

– ya entiendo, pero de esto no quiero que nadie se entere, en la universidad soy una estudiante más, lo que haga con mi vida privada es asunto mío y de nadie más.

-No te preocupes, precisamente por eso te he localizado a través de las redes y no directamente

– ¿Qué te apetece de cenar, este sitio es magnífico

– Decide tú yo como de todo

-Y yo también, le contestó el profesor guiñando su ojo…

A mitad de la cena, para sorpresa de Eva, se levantaron dos hombres de una mesa cercana a los que no veía por estar de espaldas, y se acercaron a saludar

  • Hola ¡qué casualidad!
  • Pero… ¿Qué hacéis vosotros aquí?

Eva no daba crédito, eran dos compañeros suyos de clase, ninguno cumplía los 25, repetidores y malotes a los que ella trataba siempre de evitar…

-Nos dijo el profe que después de cenar aquí nos iba a invitar a unas copas, lo que no sabíamos es que estaba tan bien acompañado…

– Vale, ya os avisaremos, ahora volved a vuestra mesa, espetó el profesor

-Perdona Eva, no te lo había comentado, pero me encantaría tener una noche compartida contigo y mis dos amigos…

Eva dudó por un momento, pero no quería dar la imagen de miedosa, así que le pidió el triple del coste previsto previendo que se rajaría pero él aceptó y le pasó un sobre por debajo de la mesa, todo en billetes de 100 euros…- me gusta su color le susurró mientras le miraba el escote.

La cena fue muy agradable, aunque ella no dejaba de pensar en lo que le esperaba y se acordaba que olvidó la crema lubricante, por lo que temía que le iba a doler.

Pagó la cuenta y él le dijo al oído, vamos zorrita…

Le trajeron su coche, un Cayena y ya le estaban esperando la pareja de jóvenes sin dejar de mirarla con deseo y dos sonrisas maliciosas, subieron los cuatro y se dirigieron al chalet del profesor que resultó ser empresario de divisas virtuales que le proporcionaban unos ingresos millonarios y daba clase por divertirse y conocer chicas…como Eva.

El chalet tenía una entrada rodeada de jardín y una puerta adornada con cristal.

Ella se bajó del coche y acto seguido lo hicieron los dos chicos.

-Necesito ir al baño

-Claro, hay siete. Elige el que más te guste… te esperamos en el piso de arriba, segunda puerta a la izquierda.

Eva se lavó un poco, se pintó los labios otra vez comprobó que todo estaba en su sitio, respiró hondo y se dispuso a enfrentar la que sería una de esas noches que dejan huella.

La habitación era enorme, con una cama gigante espejos en el techo, música y una decoración exquisita…

-Quítate el vestido zorra , le gritaron casi al unísono, lo que convenció a Eva que no era la primera vez que los tres se lo montaban así.

Eva se quitó primero el vestido, dejándolo caer hasta sus pies, luego, sin dejar de mirarlos, se desabrochó el sujetador que arrojó con sus dos manos al suelo…y finalmente se bajó el tanga despacito girando sobre sí misma y enseñando las nalgas a sus tres entregados admiradores.

-Ven aquí, dijo el profesor dando palmaditas al lado suyo en la cama…

-Te vamos a violar zorrita universitaria, dijo uno de los dos

El primer movimiento fue agarrarla entre los dos y dejarla totalmente a merced del profesor que le comió el coño como un jabalí devora una sandía, los dos chicos estaban empalmados, cosas de la juventud y Eva por primera vez en años se había corrido sin querer, pero en silencio, no quería que pensaran que le gustaba y así evitar que los tres mamones se crecieran demasiado.

  • ¿Te gustan las coreografías? Le preguntó uno de los jóvenes
  • -Depende de los actores y su capacidad artística, le contestó Eva sin inmutarse
  • Pues ¡ Al lío ¡

Le pidieron que se pusiera a cuatro patas y uno de los chicos, fuerte y fibroso con una barba recortada y pelo largo le ofreció su polla tiesa coronada por un capullo sonrosado y brillante para que se la chupara, mientras el otro la penetraba con firmeza…

El profesor fue a buscar su consolador especial que estimulaba a la vez el clítoris permitiendo una penetración anal lo bastante profunda como para producir en ella incomodidad y dolor

Ante ese Cocktail de sensaciones Eva decidió abandonarse, dejarse llevar y evitar demostrar que se corría, porque ello le intimidaba un poco y daría vuelo a sus clientes y compañeros de uni.

El problema fue cuando le cambiaron de postura, la pusieron de costado y mientras el de barba la penetraba sin piedad, el profesor se la metió a su vez por el culo y el tercero en discordia le agarró del pelo y le contó al oído una historia de una virgen violada por siete enanitos hasta la extenuación, mientras le pasaba su polla por la cara sin llegar a dejarle que entrara en su boca…todavía.

No pudo resistir, lo intentó con todas sus fuerzas tratando de recurrir a su experiencia, pero fue inútil, aquel chillido le salió del alma fue un grito de desolación, desamparo y placer extremo, todo mezclado en un cuerpo que ya no controlaba, el orgasmo fue percibido por los tres hombres como cuando un tiburón huele la sangre de un atún herido.

  • Ahora te vas a enterar guarra, bramaron los tres a coro

Ella completamente desarmada abrió la boca para recibir aquel pollón increíblemente grande, que nunca podía haber imaginado en ese chaval, casi no le cabía, pues le rozaba ambas comisuras de los labios y no pudo evitar una arcada cuando trató de metérsela hasta la tráquea, pero el chico no era ningún novato y fue dosificando hasta que la boca de Eva se convirtió en una cueva de sensaciones intensas, saliva, succión, dominio, carita asustada, labios enormes en forma de o…notó el semen llegando a su garganta y como al sacarla se le inundaba la lengua y los labios de aquel flujo denso y salado, mientras su culo y su coño seguían asediados por dos vergas incansables que ya no le podían hacer daño porque tenía su vagina como anestesiada a la espera de que se activara ese puntito que le haría tocar el cielo del placer con la mano.

Se corrió tres veces más, incluso lloró de placer de una manera incontrolada que les encantó a ellos pues era la primera vez que llevaban a una mujer a ese nivel de placer.

Al profesor le dolía bastante la polla porque le culito de Eva era muy estrecho y le había costado llegar hasta el final y mantener el ritmo, pero le mereció la pena porque correrse dentro del culo de una mujer tan hermosa, de una alumna tan especial le supuso muchas noches de relax y una aventura sexual que le duraría toda la vida.

Serían las cinco de la mañana cuando el taxi esperaba a Eva, ella dolorida en todo su cuerpo, con ese sabor de boca tan especial, que ni siquiera el chicle que masticaba podía amortiguar, se cambió el tanga por unas bragas cómodas y se untó la entrepierna con una crema suavizante y antiinflamatoria porque le dolía como si tuviese una rozadura, especialmente el anillo anal que, aunque no lo veía sabía que estaba rojo como un tomate.

En el taxi de vuelta a casa no dejaba de pensar en que al día siguiente los volvería a encontrar en la universidad, pero ya no le asustaba, al contrario, estaba deseando volver a abrirle las piernas al profesor y quedar con los dos chicos a tomar unas copas o lo que ellos solicitasen…